🎶 Soundtrack sugerido para leer este número: Antonio Carlos Jobim - A Felicidade
En Junio de 2001 se estrenaba “The Score”, una película que juntaba por primera y única vez a Robert De Niro y Marlon Brando. El co-protagónico que acompañaría a De Niro, luego de que Brad Pitt y Ben Affleck perdieran el casting para el papel, fue para Edward Norton. El encargado de llevar adelante semejante trio sería Frank Oz, mano derecha de Henson en los Muppets, director de “La Tiendita del Horror” y la voz de Yoda en “Star Wars” y la Señorita Piggy de los Muppets, entre muchísimas otras cosas. Si bien Oz era un nombre conocido de Hollywood esta era su primera incursión en el cine dramático y de acción. En sus propias palabras antes de arrancar a filmar dijo:
“Esperaba que mi primer película dramática sea con actores poco conocidos y de un presupuesto acotado, quizá unos quince millones de dólares”.
“The Score” costó setenta millones de dólares.
El rodaje fue insoportable. Actores y director se trenzaban en discusiones sobre cómo hacer las cosas todo el tiempo. Se discutía cada línea de diálogo.
Se cuenta que en un momento el descontento con el rumbo del proyecto era tal que De Niro terminó trayendo a alguien con un prontuario no muy limpio para que asesore en las escenas de robo. Pero por lejos lo que mas se recuerda de ese fatídico rodaje es la relación entre Marlon Brando y Frank Oz.
Para ese entonces Brando había orientado su carrera hacia papeles chicos, pocos días de rodaje y mucho dinero. Para esta película cobró tres millones de dólares por veinte días de trabajo.
Al parecer la primera propuesta de Marlon para interpretar a Max, el amigo y ex-socio de Robert De Niro, era la de una especie de Truman Capote muy maquillado. Quizá una idea algo extravagante para la visión realista que tenía Oz de la película. Brando accedió obligadamente pero a partir de ahí los desplantes se multiplicaron. Frank Oz pasó a llamarse “Señorita Piggy” y llegó a decirle frente a todo el equipo:
“Te gustaría que fuese una marioneta así me manejas metiéndome una mano en el culo ¿No?”.
Una de las imágenes más ilustrativas de esta tirante relación entre el actor y el director es la escena final de la película en la que tuvieron que modificar la expresión del actor digitalmente para que sonriera.
Una de las cosas con las que Marlon Brando más insistía era que lo tomen siempre de la cintura para arriba. Nunca, pero nunca, de cuerpo completo. No se sabe si por vanidad o simplemente para hacerlo enojar a “Señorita Piggy”. La frustración de tener que hacerlo caminar por detrás de muebles y plantas para tapar su cuerpo de la mitad para abajo era insoportable.
El conflicto entre actor y director llegó a un punto tal que De Niro se interpuso como mediador y decidieron que él dirigiría las escenas donde aparecería Brando. Irónicamente se comentó por lo bajo: “si De Niro fue la voz de la razón en ese rodaje es porque las cosas estaban verdaderamente mal”.
El film fue un éxito y recaudó casi dos veces su presupuesto. Frank Oz siempre se refiere a esta experiencia con respeto y no hace acuse de recibo de todas estas anécdotas.
El primer plano donde aparece Marlon Brando es este:
El miércoles que viene te escribo de nuevo,
Ale.
Ah, mirá
Galeria de fotos tomadas con una cámara reloj Casio.
El backstage de la pirámide de Daft Punk con un detalle impresionante.
Cada vez que entrás te muestra una ventana random en cualquier parte del mundo.
Linda animación por Lucas Crayon.
Cómo funcionan los espejos por Teo López Puccio.
Volvió! Que alegría che!
Extrañábamos el Moyano Indigest.🙌